¿Qué aprenderás en este artículo?
Está creciendo el uso y la demanda de la IA en el campo. Eso nadie lo discute en la actualidad. Hoy más que nunca debemos tener claro cómo combinarla adecuadamente con la inteligencia humana. Porque el factor humano es primordial en todos los sectores de la economía. La adecuada fusión entre el conocimiento de toda la vida y las innovaciones tecnológicas puede hacerle un enorme favor a la agricultura.
A fin de mejorar la comprensión de las soluciones tecnológicas basadas en inteligencia artificial, así como de ayudar a los agrónomos a encontrar el equilibrio entre la agrotecnología y recursos tradicionales, en este artículo te traemos algunas reflexiones interesantes sobre la necesidad de fundir el saber humano con las infinitas posibilidades que nos ofrece la IA. Descubre combinaciones y nuevos escenarios de gran relevancia para la producción sustentable.
Manifestaciones de la inteligencia artificial
1. Síntesis de grandes cantidades de datos
La IA en el campo puede ser de gran importancia en lo relativo a la síntesis de grandes cantidades de datos de forma fácil y rápida. Pocas innovaciones son tan relevantes en este sentido como la IA, la cual propicia ahorros de tiempo y ganancias de productividad considerables. La inteligencia humana puede procesar grandes cantidades de datos también, es cierto, pero difícilmente lo hará en el tiempo y de un modo tan organizado como la inteligencia artificial de nuestras aplicaciones móviles, por ejemplo, y eso sin contar que la inteligencia humana puede ser mucho más útil en otro tipo de tareas.
2. Automatización del procesamiento
Mientras que el procesamiento de información de forma automática no suele ser una habilidad propia de la inteligencia humana (más tendente a analizar y priorizar, que a activar un piloto automático), la IA en el campo es positiva porque automatiza procesos tediosos como el procesamiento de la información agrícola de múltiples plantaciones o tareas. El aprendizaje autónomo de estos modelos de IA favorece el reconocimiento facial o de imágenes y el reconocimiento de voz, entre otros, de forma automática.
3. Detección de patrones y activación de avisos
A la hora de trabajar con datos, es tan necesario saber analizarlos (ahí entra en juego el factor humano) como tener herramientas que nos permitan detectar patrones. Si algo se repite demasiadas veces o si, por el contrario, llama la atención por tratarse de una manifestación puntual, la IA en el campo de todas las aplicaciones móviles de AgtechApps lo detectará, con capacidad de emitir alertas.
Manifestaciones de la inteligencia humana
1. Toma de decisiones conscientes
La inteligencia humana, por su parte, puede aprovechar los frutos del trabajo de la IA en el campo para tomar decisiones informadas y sobre todo conscientes. Porque si algo posee la inteligencia humana que no tiene la IA es conciencia, la capacidad de atribuir sentimientos o valores éticos y morales a las acciones. La agricultura, para ser realmente sustentable a largo plazo, necesita dosis de ética (para reducir el consumo de agua, por ejemplo, o para lidiar con los desafíos de la biotecnología en el campo) tanto como beneficiarse de directrices sabias. Por eso es esencial la toma de decisiones conscientes que aporta la inteligencia humana y el saber explicar los datos que proporciona la IA.
2. Percepción sociocultural del campo
A la hora de desarrollar un trabajo agrícola de calidad es muy importante para los agrónomos conocer bien la tierra que trabajan. Eso incluye el ámbito sociocultural: saber cómo afecta su labor al medio y a los habitantes de la región, y saber integrar con respeto el conocimiento tradicional o artesanal con el fin de contar con el apoyo de las comunidades locales. No todo se basa en saber cómo sembrar, cosechar o regar en los momentos correctos, así como tampoco basta con el aporte de los algoritmos. Es propio de la inteligencia humana saber lidiar con esos factores.
3. Control, programación y manutención de la IA
Por último, es tarea de la inteligencia humana controlar y mantener la IA en el campo, pues conviene recordar que la IA es fruto de la invención del hombre y sus aplicaciones en la agricultura tienen que ser supervisadas por los agrónomos. Para ello es crucial contar con entrenamiento, formación y asesoramiento para enseñar a los algoritmos y establecer los parámetros de uso.
La IA en el campo, una herramienta más del agrónomo
Como puedes deducir de los puntos anteriores, la IA en el campo es una herramienta más para el agrónomo actual. La IA no está llamada a sustituir al factor humano, sino a complementarlo y a hacerlo más intuitivo y eficiente. La combinación de ambas formas de inteligencia, en un modelo en el que la inteligencia humana actúe como guía y contrapeso de la IA, es necesaria para una agricultura con más futuro y productividad.
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